La adolescencia es la etapa de la rebeldía. Los adolescentes se rebelan contra la autoridad, las reglas y también, contra la comida. Esto es muy peligroso para su salud, pues pueden aparecer problemas que van desde la obesidad hasta la anorexia y la bulimia.
Si tienes hijos jóvenes, es importante que tomes medidas para que adopten laalimentación saludable que necesitan para crecer y desarrollarse con buena salud. Te presentamos algunos típicos malos hábitos alimenticios en adolescentes y consejos para que puedas afrontarlos.
Olvidar el desayuno. Para no llegar tarde al colegio, muchos jóvenes se olvidan de esta comida tan importante. sobre todo para su edad. Los adolescentes necesitan los nutrientes y la energía que aporta el desayuno para su buena salud, su crecimiento y el rendimiento escolar.
Hoy en día, debido a los factores culturales,
el ambiente en el que vivimos, la influencia de los grupos de amigos y los
mensajes procedentes de los medios de comunicación y el entorno social general,
es habitual que los adolescentes cometan errores en su conducta
alimenticia, como por ejemplo:
- Excluir comidas, sobre todo el desayuno, que
tiene una gran importancia porque proporciona la energía y los nutrientes
necesarios después del ayuno nocturno, contribuyendo a un mayor - -
- rendimiento y
concentración en el colegio.
- Picotear de manera exagerada entre horas.
- Tener despreocupación por unos hábitos
saludables, consumiendo alcohol, tabaco u otras drogas.
- No practicar ningún deporte.
- Elevada ingesta de comidas rápidas como
pizzas, hamburguesas, etcétera. También refrescos, -
- golosinas, bollería
industrial con alta cantidad de calorías y pocos nutrientes.
- Bajo consumo de calcio, como leche, quesos,
yogures…
Mayor inclinación a realizar dietas bajas en
calorías, siendo en muchos casos dietas vegetarianas o muy restrictivas,
que pueden llegar a provocar carencias de distintos nutrientes.
Además, la presencia de alimentos integrales
como el pan, los cereales, el arroz o la pasta, es muy escasa en los menús de
estos jóvenes. A estas costumbres se suman otras tendencias marcadas por los
horarios irregulares de las comidas, sobre todo los fines de semana, la
ausencia de alguna de ellas -como el desayuno o la cena- y la ingesta de
raciones exageradas de alimentos o de productos poco saludables.
Entre otros
aspectos que influyen en estas rutinas, destacan:
Seguir dietas de adelgazamiento: en la
adolescencia es uno de los pasos claves que origina el inicio de un trastorno
grave de la conducta alimentaria.
El precio de la comida rápida: el coste
barato de la “fast food” y de los alimentos precocinados (pizzas, lasañas,
croquetas, empanadillas, hamburguesas, perritos calientes y similares) y su
disponibilidad casi en cualquier lugar y a cualquier hora, favorece que este
tipo de comida resulte muy asequible y apetecible para los adolescentes.
Además, aunque la oferta abarca alternativas más saludables, como ensaladas
variadas, macedonias de fruta, yogures o alimentos a la plancha, su buena
apariencia se esfuma entre los ingredientes extras añadidos, las salsas, las
cremas y los siropes dulces de los postres.
Cenas frías y ligeras: la práctica común
entre muchos adolescentes -más propio de las chicas- de tomar una cena ligera y
fría a base de ensaladas, queso fresco, fruta o yogur con cereales puede
explicar las molestias digestivas más comunes, como la hinchazón abdominal y el
estreñimiento.
Picoteo de alimentos muy energéticos: los
dulces, como la bollería y las chucherías, o los snacks salados combinados con
los refrescos son el tentempié elegido en los encuentros entre adolescentes en
el recreo, a media tarde o en los ratos de ocio durante los fines de semana.
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